leyendo un comentario sobre las carceles de Colombia y entre ellas la de Bellavista de Medellin,puedo manifestar con seguridad que lo que se manifiesta es verdad,conoci falsos positivos,los vivi en carne propia,se que de los mas de 40.000 presos el 50 % son inocentes,se que muchos pagan penas siendo inocentes y los verdaderos culpables estan libres,se que la libertad tiene un precio y los jueces se apresuran a condenar inocentes,se de las bandas armadas al interior de las carceles,se que desde adentro se delinque,,dolorosa situacion para los verdaderos inocentes ,tan dificil como decir en este pais que todos los trabajadores publicos obren sin corrupcion,claro esta quienes manejan recursos,asi como los de la salud,leyendo el comentario decia: "Aquí en la cárcel los patios están hasta estratificados. Por ejemplo, uno en el patio dos no encuentra un parche por menos de uno o dos millones de pesos, pero si uno va y busca en otras partes sí es más fácil conseguirse un parchecito por ochocientos y hasta setecientos mil. Eso sí, no es que sea muy bueno, pero se consigue”. Esto lo cuenta Jaime[1], un preso de Bellavista, quien, además, afirma que una persona no puede llegar al patio que más le guste o al que le dé la gana.Otro peso explica que si, por ejemplo, alguien llega allá por motivos políticos no puede “parchar” donde la delincuencia común o los paramilitares representan la mayor fuerza. Así mismo, si un preso hace o hizo parte de una banda o una organización, le queda rotundamente prohibido buscar dormida en cualquiera de los patios en que estén viviendo los de las fuerzas enemigas.Por eso los rincones para acomodar una colchoneta o un colchón, en Bellavista, más que un tesoro son una bendición. Y es que si se logra evadir el peligro de las enemistades, además se tiene que empezar a rebuscar con qué pagar por un rinconcito para medio dormir. De todas maneras, eso no garantiza que ahí se va a vivir bien y ni siquiera queda la seguridad de que ese espacio por el que se paga va a ser para quien se lo rebuscó. Y esto porque en muchas ocasiones, cuando los presos ya tienen listo su colchón, sus cobijas y su ropa en un lugar fijo, llegan las notificaciones del Inpec con la noticia de que toca salir para otro patio por orden del juez, del director o del que sea. Así que otra vez a buscar.A raíz de este tipo de fenómenos que tanto han preocupado a los presos y a sus familias, en la cárcel se están reivindicando hoy derechos que buscan contener todas esas prácticas que vulneran el territorio. Empieza a hablarse ya de un derecho al territorio que no está reconocido constitucionalmente, pero que, debido a las dinámicas de la misma prisión, se vuelve indispensable.Un integrante del área de investigación de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (Fcspp) explica que “esas reivindicaciones aparecen para evitar que haya nuevas vulneraciones a los derechos fundamentales, pero sobre la base de que son estas concepciones de derechos, no las que se tratan de mirar desde afuera, las que importan a los detenidos. En la cárcel lo que les importa a los presos es que se les respete, por ejemplo, la posibilidad de ser visitados por su familia semana a semana, y cuando se vulneran derechos como el del territorio, de alguna manera se está violentando esta situación”.De la misma manera, los presos denuncian que el traslado está pasando de ser un beneficio para los reclusos que tienen a sus familiares lejos a representar un castigo a las actitudes de liderazgo que se ejercen al interior de los penales. De cualquier forma, siempre el traslado, cuando no es para beneficiar al detenido que está lejos de su familia, se distingue por ser la forma más directa de irrespetar el derecho al territorio.El investigador de la Fcspp argumenta que los traslados, además, son una forma de normalización de las cárceles. “Generalmente los traslados responden a una dinámica de control y dominación para convertir a la cárcel en un espacio normalizador. Entonces, cuando un guardia amenaza a un detenido con que será trasladado a otra parte del país o a otro patio en donde su viva correrá peligro, se genera en él, a través de un ejercicio de poder, la intención de normalizar una conducta que la institucionalidad trata de inscribir dentro de lo que es normal en la prisión”.De igual manera dejó claro el investigador que aun cuando el derecho al territorio no es reconocido constitucionalmente como fundamental, en espacios como la prisión son derechos que toman una importancia especial.El investigador concluyó con que “el derecho al territorio, así como otras reivindicaciones, importa a los detenidos e importa mucho más que otros derechos, que en otros contextos podrían ser fundamentales y mucho más importantes. Sin embargo, el derecho al territorio no tiene capacidad de contención de esas realidades, porque no está en un catálogo de derechos fundamentales. Además, el hecho de que se piense el derecho al territorio desde el lenguaje de los derechos no asegura que situaciones como el traslado por castigo no se presenten con la arbitrariedad con la que se presentan en las cárceles colombianas”.
QUE SERA DE MUCHOS QUE BAYAN EN ESTOS MOMENTOS A LA JAULA,SEAN INOCENTES O CULPABLES????