NO ES EL FIN DEL MUNDO SI NO DE UNA NUEVA
ERA DE LOS MAYAS.
En las
majestuosas ruinas de Tikal, enclavadas en un espeso bosque, se iniciaron este
jueves las ceremonias del cambio de era en el calendario maya, una maratónica
jornada que culmina al amanecer del viernes, y que tiene a medio planeta
revuelto por las interpretaciones de un fin del mundo inminente
El
viernes, en el solsticio, los mayas cerrarán una era de 5.200 años y
darán la bienvenida a un nuevo ciclo, acontecimiento que dio lugar a interpretaciones
apocalípticas, impulsó a crédulos alrededor del mundo a refugiarse en montañas
o búnkers y llevó a gobiernos a tener que explicar una y otra vez que el mundo
-y su carga de seres humanos- seguirá allí el sábado.
La
fiebre apocalíptica, desatada por Hollywood y sus superproducciones habituales,
fue aprovechada por empresarios y gobiernos para atraer turistas a los sitios
arqueológicos de Guatemala, sur de México, Belice, El Salvador y Honduras,
territorios donde se asentó el imperio maya, una cultura con vasto legado de
conocimientos de impacto mundial que llevaba siglos en decadencia cuando
llegaron los conquistadores españoles.
Frente
a la pirámide de la Gran Plaza del Parque Arqueológico de Tikal, al atardecer
del jueves (22H00 GMT), arranco la celebración oficial, encabezada por el
presidente Otto Pérez, y concluirá, tras un programa que incluyo danzas y
rituales autóctonos, con una gran ceremonia maya al amanecer del viernes, en
saludo al sol.
Policías
y militares, apoyados por vehículos artillados vigilan las cercanías de Tikal,
a 560 km al norte de Ciudad de Guatemala, y los poblados próximos, reflejo de
un país golpeado por violencia del narcotráfico.
Animado
en buena parte por grandes producciones a lo Hollywood que explotaron el siempre
vendible ángulo de un fin del mundo inminente, el 21 de diciembre tiene
revuelto al mundo.
Algunos
se han refugiado en montañas, como ocurre en Serbia, Brasil o Francia. En China
un millar de miembros de una secta cristiana que predice cataclismos están
detenidos. En Estados Unidos o en Rusia se han preparado búnkeres con grandes
raciones de comida. En Argentina, por temor a suicidios, se prohibió el acceso
a una montaña considerada por muchos como cargada de energía espiritual.
Pero la
gran mayoría, escéptica, se lo toma con buen humor, mientras gobiernos y
hoteleros de México y Centroamérica se frotan las manos con la llegada de miles
de turistas adicionales que se agolpan en sitios arqueológicos como Chichen
Itza (México), Copan (Honduras) o Tikal, entre muchos otros.
El
origen de la controversia se halla en una piedra tallada encontrada en el sitio
mexicano de Tortuguero, que alude a un evento místico en el solsticio de este
diciembre.
Ante el
riesgo de pánico, especialistas y líderes mayas, gobiernos -entre ellos
los de Estados Unidos y Rusia- y hasta la agencia espacial estadounidense, la
NASA, han explicado una y otra vez que no sucederá nada extraño.
Según
el calendario maya, lo que ocurrirá este solsticio es la culminación de la
cuenta larga de 13 ciclos con que medían el tiempo, el baktun, cada uno de 400
años
"Los mayas era
científicos y sabían todo de la naturaleza y de los ciclos del mundo y esta
fecha creo que no tiene nada de cosa
apocalíptica, es un cambio de era. Tikal, una de las ciudades más
representativas de la civilización maya, es ahora centro de peregrinaje de
grupos de turistas, en su mayoría estadounidenses.
Vienen
de todas partes del mundo, declarado Patrimonio Mundial Mixto (cultural y
natural) de la Humanidad por la Unesco, Tikal tiene una extensión de 576 km2,
de los cuales 16 corresponden a la ciudad, donde están abiertos al público 150
edificios ubicados en 12 plazas.
"En
la ciudad destacan seis grandes templos que miden entre 38 y 70 metros de
altura (...) y un gran observatorio astronómico del mundo perdido, donde
los mayas realizaban rituales por movimiento solar, es decir el
solsticio y el equinoccio", dijo a la AFP el asesor de la Unidad técnica
del Parque, Oswaldo Gómez, un arquitecto con conocimiento en arqueología.
El más
alto es el Templo IV, a cuya cima se puede llegar tras escalar unas 200 gradas
de madera hechas recientemente y desde donde se puede observar la inmensidad de
la selva donde están semienterradas la estructura de piedra.
Por
llegar a las plazas y monumentos hay que hacer una buena caminata por veredas
de árboles centenarios de unos 20 metros de altura. En el parque existen unos
500 tipos de mariposas y 300 de aves, jaguares, pumas, dantas, jabalíes y
venados.
En la
plaza de Tikal, con invitados de elite presentes, la televisión transmitirá al
mundo las ceremonias. Fuera de allí, en actos discretos, los descendientes de
los mayas darán la bienvenida a la nueva era, rogando por un
despertar de la humanidad y ajenos a las paranoias catastrofistas de la
modernidad.