martes, 11 de octubre de 2011





EL DESANGRAMIENTO DE AMERICA INICIA CON LA CONQUISTA
Leyendo este articulo escrito por el Doctor Anibal Arevalo,a diario del sur del dia 11 de octubre,me recordo la triste historia de los Americanos,quienes durante de mas de 500 años venimos peleando contra los invasores,no hemos dejado aun las cadenas,nos las siguen poniendo y cuantos son ??? unos pocos,pero seguimos agachando la cabeza para ser humillados,este 30 de octubre hagamos el esfuerzo por quitarnoslas,por lo menos a nivel regional ya que a nivel Nacional,cuantos años tendran que pasar para que surja un Simon Bolivar..


Es el amanecer del 27 de octubre de 1492. En las costas de Bariay las aguas se mecen plácidamente. Sus playas semejan una blanca cabellera bordeada por un mar turquesa, con una luminosidad especial en este día. Sus pacíficos habitantes han despertado a continuar con su rutina en la agricultura y la alfarería. En el horizonte alcanzan a divisar la presencia de tres puntos que avanzan hacia ellos. Ya llegan. Son las tres carabelas de la Corona española. Sus hombres descienden ávidos de riquezas. Durante más dos meses han soñado con el oro y las más exquisitas especias. Al fin, las indias prometidas.Fue así como el hombre europeo llegó a la que Colón calificara, prendado de sus paisajes y de su gente, “la tierra más hermosa que ojos humanos vieran”. Pero, 15 días antes, el 12 de octubre, ya habían entrado en contacto con tierra en la isla Guanahaní -actuales islas Bahamas-. Informado en lenguaje mímico por los naturales de que había otras tierras cercanas, llega a las costas cubanas, en la costa nororiental de la isla, actual provincia de Holguín.A partir de este momento se desarrolla el más ambicioso proyecto de los reyes de España: la conquista del nuevo continente. Esta Amérika (con k), es la reivindicación de la tierra de nuestros antepasados. Es la tierra de nuestros aborígenes, que los españoles llamaron indios. Este continente escarnecido por la ambición de riquezas. Aquí hubo destrucción, violencia y muerte: esclavizaron a los negros del áfrica, mataron a los indios y violaron a sus mujeres. Trajeron enfermedades como la sífilis y la viruela; devastaron por completo selvas y bosques a fin de cultivar la caña de azúcar, cacao o café.Amérika proviene Amerrikua, es un término originario del pueblo Maya antiguo que significa el país de los vientos o de los altos vientos, tierra de los hura-kanes o vientos violentos. Cuando Alonso de Ojeda pasó por Centro América en 1499, los indios de la costa de Cumará denominaban al continente entero con el nombre de Amerrikua, que quiere decir en lengua maya tierra de los cuatro vientos. De esta palabra se origina realmente el nombre dado al continente americano y no como reconocimiento al conquistador florentino Américo Vespucio o Vespucci, cuyo nombre de pila era en realidad Alberic, Alberico o Alberigo. Este italiano fue, según la historia oficial, quien notó que las tierras “descubiertas” por Colón no eran las indias, sino un nuevo mundo.La cosmovisión de los nativos era el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, aquella que nos provee los frutos que nos alimentan, por ello trasciende al plano de lo sagrado y lo espiritual. La tierra es la madre, es el elemento femenino de la fertilidad. Los dioses son figuras de animales.Para los quechuas, los aymaras y otras etnias de la cordillera andina le denominaban la Pachamama, como una gran deidad. Realizaban el ritual de la challa u ofrenda, donde le daban de comer y beber con los frutos de la naturaleza, como una forma de agradecer por los beneficios recibidos y que no vaya a desatar su furia. Pero no era el espacio geográfico sino el contexto de la diversidad de los frutos.Valga la oportunidad para rendir homenaje al inmenso jardín de Nino Bravo, a Nuestra América de José Martí; a una Latinoamérica unida, en una patria grande, que lucha en contra del sometimiento de las grandes potencias. Porque americanos somos todos los que habitamos este continente: negros, indios y mestizos. Porque amamos la riqueza natural expresada en agua y biodiversidad, y con Neruda te decimos: “América, no invoco tu nombre en vano.

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